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Interrogantes

INTERROGANTES


 

Interrogarse no es un acto espontáneo. No es algo que de repente se nos presenta en la mente y comienza a darnos vuelta en la cabeza con preguntas que necesitan respuesta. El interrogatorio comienza antes o después de que va a comenzar o comenzó una situación que ya es obvia en nuestra vida y que necesita de nuestra atención. Lo más común es que este interrogatorio se da cuando ya todo esta expuesto y la situación va entrar en crisis o ya hizo y es cuando uno dice; ¿en qué me he metido? ¿Por qué me esta pasando esto? ¿Qué he hecho de malo? ¿En que estoy fallando? ¿Seré capaz de alcanzar mi propósito? La lista es interminable según la situación que se este viviendo. Cada uno tiene sus propios interrogantes y ellos están relacionados a hechos que ya han pasado o van a pasar.

 

Antes de iniciarse este proceso se han presentado situaciones que son determinantes para que se dispare el detonante del interrogatorio y se inicie la audiencia interior en cada persona. Generalmente cuando suena la campana, las cosas ya están mal y hay muy pocas esperanzas de que todo salga bien. Es normal escuchar a una persona decir que algo anda mal en su vida. O que la situación que esta viviendo esta alcanzando los limites y se esta volviendo inmanejable. Al principio no se le pone atención. Porque no es nada grave y no se tiene la experiencia de estas situaciones. Además no hay la costumbre de ir razonando cada acto que se va ejecutando y mirándolo en perspectiva. Simplemente se va actuando como las cosas vienen. En verdad la vida es así y normalmente no hay nada en que preocuparnos. Los cambios se dan cuando uno cambia la rutina y comienza una nueva aventura. No importa cual sea la aventura. El sólo hecho de cambiar la conducta o dirección, implica un nuevo replanteamiento y un razonamiento que se ajuste a la directriz que se va tomar. Si no se razona premonitoriamente, se deja todo al libre albedrío y es así como nacen las situaciones desestabilizadoras en el futuro.

 

Al comienzo todo es normal, pero a medida que avanza el tiempo la situación se va transformando, hasta convertirse en inmanejable. Y esto ha sucedido no en días, ni en semanas, ni en meses, si no en años. La situación se vuelve tan desesperante, que muchas veces las personas pierden el control y se presentan las desgracias, las que hacen todavía mas grave la situación. Pero hay otras situaciones en que la persona se angustia más y entra en un estado de depresión y va perdiendo el control de si misma y se sumerge en un mundo caótico donde las drogas y la baja estima se van apoderando de todo el entorno personal y familiar. A veces la desesperación va aumentando lentamente hasta confundirse con la realidad y comienza a exigir que todo termine de una vez y llegue la tranquilidad total. Pero nada pasa, la situación continúa y se comienza a perder la esperanza y a sentirse que se ha llegado al fondo, allá donde no hay salvación. Porque no hay interés, un despego total de las emociones y un vació en la conciencia sobre los fundamentos existenciales. 

 

Cada ser humano vive su propia película y es el que la produce a su medida. Nadie va actuar su papel y va a sentir y padecer lo que él siente. Uno es el director, el productor, el guionista y el actor de su propia desgracia o fortuna. Nadie vive por uno las escenas que le toca representar y nadie se salva por uno, si uno mismo no se salva. Uno es responsable de si mismo y el que determina al final que se den las cosas.

 

Pero hay situaciones que son de la naturaleza del individuo y que vienen adheridas a su existencia. Solo sus progenitores  son responsables de la calidad de vida que produzcan y no nada sobrenatural o una deidad. Cada uno lleva una etiqueta con el más mínimo detalle de su información genética, allí esta el guión de la vida. Tanto ellos como nosotros somos responsables de que todo se desarrolle en la forma más natural posible. Pero en el transcurso de nuestra existencia se van dando otras situaciones que están fuera de nuestro control y que son nuestros semejantes quienes generan esas situaciones. Ya sea para dar o quitar o hacer daño, conciente o inconscientemente a otros individuos. Dando así origen a la tragedia o la bienaventuranza.

 

El ser humano sufre, sufre más que las demás especies. Y sufre porque tiene conciencia y sentimientos y reacciona a ellos. Y esto lo hace actuar en una forma selectiva. Además ha desarrollado el deseo de poseer cosas materiales, lo que lo hace soñar, actuar para conseguirlas o tramar su obtención. Por todo ello hay que pagar un precio. Hay que pagar por haber alcanzado la edad de la razón en la evolución. Nada se da espontáneamente, como he dicho antes. Todo es el resultado de cómo manipulamos nuestra vida. De esta manipulación que hagamos veremos los resultados. No habrá resultados si solamente vivimos al margen del resto del mundo y aislados de todo tipo de ofrecimiento del desarrollo al que ha llegado la humanidad. Pero si vivimos en este mundo sociable, nacerán todo tipo de adversidades o bienaventuranzas, dependiendo del manejo que le demos a nuestra vida.

 

La felicidad es sólo estados de emoción momentáneos que aparecen en el individuo por razones propias a las circunstancias. Pero lo que realmente se busca es una estabilidad emocional y bienestar integral del individuo. Al carecer de cualquiera de estas situaciones y al presentarse variaciones en la conducta, el ser humano se desestabiliza y pierde su dirección y entra en conflicto interno.

 

El temor a perderlo todo y a la desprotección agravan la situación. Estos temores hacen muchas veces que los errores cometidos en el pasado, se repitan una y otra vez y lleven a colapsar todo lo que se había construido durante años en el menor tiempo. El hecho es que uno hacer parte del problema, y no ve donde el nace. Porque uno es el problema y carece del fundamento espejo para poderse observar en cada uno de los actos que precedieron al problema.

 

La estructura mejor construida puede colapsar, si una de sus partes presenta fallas estructurales que no se detectan durante su construcción. Al igual es la vida de los seres humanos. Desde que se nace, hay obligaciones que van adheridas a cada uno como un cordón umbilical que hay que cuidar, para que el desarrollo sea natural. Pero hay que recordar, que nadie llegó a esta vida por su propia voluntad y al sitio donde se encuentra. Esa responsabilidad no la impusieron por razones que están fuera de nuestro alcance y que hoy estamos obligados a confrontar.

 

La tragedia de existir esta ahí y hay que arrastrarse con ella. Pero a la vez hay que aprender de ella y moldear nuestra personalidad a imagen y semejanza del mundo que nos rodea. En nuestro proceso de desarrollo, vendrán todo tipo de situaciones y quienes están encargados de nuestra formación, en ellos, en gran medida, estará la llave que abrirá o cerrara puertas en nuestra vida. Por eso casi todo estará a nuestra merced y nosotros seremos el adalid de nuestro destino.

 

Existir no es estar aquí si se ha evolucionado, es una tragedia anunciada con el primer grito al salir del útero materno. Por eso tenemos que aprender cada día de nuestra propia experiencia y tratar con suma habilidad cada uno de nuestros actos cuando se llega a la edad de la razón. Ese interrogarse nace aquí y a su vez es aquí donde nacen también todas las acciones que van a generar las bienaventuranzas o malestares con los cuales se va a ver enfrentado en el transcurso de la vida. Nada se da sin una razón, al igual que la caída de una hoja.

 

No hay que recurrir a creencias exteriores, ya sea magia, religión, esoterismo o algo divino para resolver el enigma. La respuesta esta en uno mismo. Si se logra clarificar la situación, si además se llega a tener lucidez y entendimiento de lo que esta pasando, todo regresara a la normalidad. Muchas veces carecemos de la capacidad de poder entender lo que esta pasando, ya sea porque hemos sido engañados de mala fe y manipulados por alguien con la habilidad morbosa de causar daño a otros. O porque hemos cometido errores por falta de juicio, o porque no tuvimos la precaución de hacer una alto en el camino y mirar con mayor detenimiento sobre lo que íbamos a hacer. Hay tantas razones si se detiene a analizar que fue lo que paso. Donde cometió el error, o como se lo hicieron cometer sin que se percatara. Si busca encontrara la falla y que fue lo que lo produjo. Muchas veces ese trabajo no lo puede hacer solo. Necesita ayuda de alguien profesional que pueda orientarlo a encontrar el origen de la situación. No hay que recurrir a personas que se ofrecen como magos o malabaristas que ofrecen curarlo todo. Ir donde ellos es buscar aumentar el problema. Tampoco refugiarse en la religión, porque es otra forma de esconder el problema y ser estafado nuevamente.

 

La respuesta esta en ti mismo. Esta en ir reestructurando día a día con paciencia cada una de las bases donde esta fundada su personalidad y su seguridad personal. Estableciendo metas acordes con las necesidades y evaluando cada uno de los puntos que produjeron el daño, sin permitir que se repita. Ordenando un derrotero que permita alcanzar las nuevas metas y organizándose como una nueva entidad que va a ofrecer nuevos servicios a un público ávido de su presencia. Desechando cualquier posibilidad de rechazo y fracaso. Siendo completamente positivo en lo que va hacer, sin la menor duda que va a salir adelante aunque el camino sea largo y difícil. Porque sabe que va a llegar a la meta que se ha trazado y que nada lo detendrá. Esta actitud es muy importante para lograr el acometido. Hay que tener una fe en uno mismo, tan grande, que todos los sentidos comenzaran a funcionar y a trabajar por el bienestar de uno mismo. Esa fe en si mismo es mas importante que creer en algo abstracto. Porque uno es real y es el que esta sintiendo y padeciendo los males o las bondades. Al final uno es una energía que espera ser conducida por uno mismo para que todo este en armonía.

 

Piense solo en ti, como única persona que lo puede todo si se propone y que no hay nada que no sea alcanzable si uno lo desea. Como es apartar de uno todo aquello que nos causa daño o que nos desvía del camino de la buena vida. Es importante mantener esta convicción, porque es ella la que nos va proveer de las cosas buenas y nos va a llevar por el camino de la verdad.

 

Detente cada día y medita como si estuvieras orando para ti. Recógete a ti mismo, porque eres la única persona que se conoce mejor y que sabe de sus aspiraciones y deseos. Recuerda que mientras no hagas nada malo contra ti o contra tus semejantes vivirás en paz y en armonía con el universo.

 


SOBRE EL AZUISMO

A través del AZUISMO asumimos una actitud libre frente a los hechos y acontecimientos de la vida. Bajo esta actitud a su vez podemos actuar dentro de un marco de armonía y felicidad.

El AZUISMO es simplemente una actitud entre el ser humano y el universo que nos rodea, una actitud de armonía y tranquilidad simplemente.

Si tu crees que puedes vivir bajo los enunciados del AZUISMO, simplemente reúnete con aquellos que igual que tú aceptan estos principios y conformen un núcleo para que compartan sus ideas y aspiraciones. Toma la iniciativa y emprende el camino no hacia los oscuros mundos de lo irreal, sino al mundo de la realidad y el bienestar humano.

Cuando te hayas conformado, escríbenos que nosotros estaremos atentos a servirles y ayudarlos.

 

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